FILOSOFÍA FEMINISTA DE LA CIENCIA: HAY DEBATE (Introduccion a la filosofía de la ciencia. Tarea 5)
Como hemos visto a lo largo de las diez lecciones en las que se estructuró el temario de la asignatura que nos ocupa, hay una serie de cuestiones recurrentes que parecen ser de unánime preocupación en el campo de la filosofía de la ciencia.
La capacidad de la ciencia para ofrecer respuestas y desvelar una realidad objetiva cuya existencia (o no) también está sujeta a debate, parece ser un eje central de discusión. Del mismo modo, e íntimamente ligado a lo anterior, surge el problema de la neutralidad de la ciencia y el papel de los valores en el desarrollo de la misma.
Samir Okasha en Una brevísima introducción a la filosofía de la ciencia (Okasha, 2002) nos ofrece algunas claves para abordar un debate que, por la complejidad de implicaciones, no admite conclusiones inmediatistas y, mucho menos, exentas de matices. Así, por ejemplo, el autor nos plantea un difícil dilema: si aceptamos la neutralidad de la ciencia como instrumento de construcción de conocimiento, la sociobiología humana, considerada por muchas y muchos científicos una disciplina dirigida a justificar el racismo y el machismo, no podría ser combatida desde el punto de vista ideológico pues, al fin y al cabo, estaríamos aceptando que la ciencia simplemente “trata de describirnos hechos del mundo” (Okasha, 2002)[1].
Sin embargo, Okasha continúa desarrollando el problema aportando un dato: los defensores de las teorías sociobiológicas suelen estar claramente encuadrados en el campo ideológico de la derecha y sus adversarios, en el campo de la izquierda. ¿Cómo explicar este hecho? El autor sugiere que tal vez “ideología” y “ciencia” no se puedan separar después de todo.
Precisamente bajo la premisa de que la ciencia no se practica exenta de valores, se fue configurando la filosofía feminista de la ciencia que, aunque conformada por diferentes corrientes, comparte la noción del género como categoría analítica (Pérez Sedeño, 1995)[2]. En este sentido, podemos identificar tres grandes enfoques: el empirismo feminista (propone eliminar los sesgos sexistas para acceder a la objetividad), el feminismo del punto de vista (cuestiona la noción de objetividad y atribuye a las mujeres, por su condición de oprimidas, una posición epistémica privilegiada) y el postmodernismo feminista (considera las identidades transversales a la categoría “mujer” que impedirían construir una metanarrativa feminista en nombre de todas).
Pero también hay posturas críticas. Así, Susan Haack rechaza firmemente la idea de la existencia de una epistemología feminista. Por su parte, la historiadora de la ciencia Meera Nanda[3] (de la que ya hemos hablado en la primera tarea), muy crítica con el constructivismo social, identifica riesgos en el hecho de aceptar que los valores contextuales se transformen en valores constitutivos de la ciencia. De ese modo,dice, diferentes grupos "socioculturales" podrían sostener distintas "verdades" del mundo. La autora admite que el mundo es visto a través de las categorías conceptuales a las que tenemos acceso en una determinada época, cultura y lugar. Sin embargo, alerta de los riesgos de caer en el relativismo y reivindica lo que denomina “realismo contextual”. Con el realismo contextual, Nanda defiende que la ciencia no debe renunciar a conseguir el ideal imposible de neutralidad y que aun consciente de que la ciencia se practica bajo los sesgos y límites impuestos por prejuicios, intereses y otros defectos, es posible trascender los marcos de referencia impuestos gracias a la revisión crítica y puesta a prueba de nuestras categorías.
Meera Nanda incluye un punto de vista que, como feministas, no siempre resulta fácil aceptar. Siendo fundamental un análisis de cómo la ciencia ha sido y es utilizada para justificar y perpetuar múltiples formas de opresión (el Patriarcado es sin duda una de ellas), la filosofía feminista de la ciencia es lo suficientemente amplia y diversa (incluso divergente) como para merecer un minucioso análisis antes de tomar posturas que también conllevan riesgos. Aceptar que mujeres y hombres tienen diferentes estilos cognitivos (standpoint) o atribuir a la ciencia un componente occidental o patriarcal son algunos de los más evidentes.
[1] Okasha, Samir (2002) Una brevísima introducción a la filosofía de la ciencia, México: Océano, 2007, cap.7
[2] Pérez Sedeño, Eulalia (1995) Filosofía de la ciencia y feminismo: intersección y convergencia, Isegoría 12: 160-170
[3] Nanda, Meera (1999) Contra a destruição/desconstrução da ciência. En Meiksins & Bellamy (org.) En defesa da história. Marxismo e pós-modernismo. Jorge Zahar Editor. Rio de Janeiro
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