LA "TERCERA CULTURA" Y SUS INTERPRETACIONES [TAREA 7. Epistemología y cultura científica]

 LA “TERCERA CULTURA” Y SUS INTERPRETACIONES

El concepto de “tercera cultura” fue parcialmente esbozado por el inglés Charles Percy Snow en “The two cultures: a second look” (1963)[1], revisión de su tan popular como polémica conferencia de 1959 y publicada bajo el título “The two cultures”.

En dicha conferencia, C.P. Snow se lamentaba por la creciente división en el ámbito académico de los campos tradicionalmente considerados como “humanidades” y “ciencias”, ejemplificando dicha brecha a través de sus propias vivencias personales. Snow, novelista y científico, denunciaba con dureza una falta de entendimiento e incluso desprecio mutuo entre dos polos reacios a la autocrítica y al ejercicio de humildad que supone reconocer la ignorancia y la necesaria comunicación para iniciar el aprendizaje. Esta división sería, según él, cada vez más acusada a través de un sistema educativo desproporcionadamente especializado, como el británico, cuya reforma consideraba decisiva. Además, y como sustrato que impregna todo su discurso, Snow alertaba de las nefastas consecuencias que esta partición suponía para el conjunto de la humanidad por imposibilitar una visión completa de la realidad.

Cuatro años después, el autor publica una revisión en la que, conservando lo principal, sí admite algunos errores iniciales o incorpora matices. Entre estos últimos, Snow se disculpa por no haber identificado la emergencia de una hipotética “tercera cultura” en la que, si bien se muestra cauto a la hora de afirmar su existencia, expresa optimismo a respecto de su futura configuración.

Pero, ¿a qué se refería Snow con “tercera cultura”? En su conferencia de 1959, Snow denunciaba con tanta vehemencia la existencia de dos culturas cómo la necesidad de que esa división fuese superada. De hecho, defendía puntos en común entre cosmovisiones aparentemente opuestas: entre la visión trágica del ser humano como individuo atribuida a los humanistas y la visión optimista del humano como ser social, atribuida a los y las científicas, no habría incompatibilidades en tanto que se refieren a esferas distintas de nuestra propia existencia. Así es que cuando Snow sugería la emergencia de una tercera cultura, cabría esperar que se estuviese refiriendo a una cultura construida como fruto de la comunicación entre los ya citados ámbitos y, por tanto, de la superación de la estanqueidad compartimental vigente que estaría sesgando nuestra capacidad analítica y de abarcar la realidad en su totalidad. De ahí que se muestre optimista al hablar de historiadores sociales que prestan atención tanto al ámbito científico como a la cultura literaria.

Paralelamente, ha ido configurándose otro enfoque distinto de la “tercera cultura”, cuyos orígenes son atribuidos al empresario estadounidense John Brockman. En la Introducción de su obra “The third culture” (1991)[2], el autor inaugura el capítulo definiendo el concepto de tercera cultura como aquella que sustituye al intelectual clásico. Posteriormente, retoma a Snow para admitir que su concepto de tercera cultura diverge del esbozado por el inglés. Afirma, de hecho, que los intelectuales literarios no se comunican con los científicos y que éstos han tenido que prescindir de los primeros, tomando por fin la iniciativa a la hora de dirigirse directamente al público sin necesidad de intermediarios. Así pues, en las palabras de Brockman se intuye una inclinación a favor del polo científico (manteniendo la división propuesta por Snow), polo que, ignorado por los literatos, se las tendría que haber apañado para transmitir su propio conocimiento.

Frente al tono a veces duramente crítico que Snow dirigía tanto a humanistas como a científicas, Brockman acusa a las primeras de desmedida egolatría mientras que confiere a la ciencia un papel que podríamos calificar de victimista, retratándola como la eterna ignorada que no ha sabido ocupar el lugar que le corresponde. Frente al tono conciliador que Snow ofrecía anunciando necesarios puntos de encuentro entre las dos culturas, Brockman da por superados a los “intelectuales de letras tradicionales”, califica a la ciencia como un “gran relato” y vislumbra a los intelectuales de una nueva cultura a los que incluso se aventura a listar, incluyendo a algunos de ellos/as en su obra. Frente a la crítica de la sociedad y educación británica de Snow, a la que el propio autor pertenece, Brockman no duda en calificar a su Norteamérica como “terreno de las ideas importantes”.  

Si bien en ambos casos, el concepto de “tercera cultura” surge a partir de la dicotomía propuesta por Snow entre la “cultura literaria” y la “cultura científica”, ambos autores divergen en su conclusión. Snow anhelaba una tercera cultura superadora de la polarización que él mismo retrata, cultura que sería fruto de la comunicación recíproca entre ambas para complementarse y completar sus respectivas fragilidades, expandiendo así un conocimiento susceptible de mejorar la vida de la humanidad. [3] Brockman elude los problemas comunicativos entre ambos espacios dándolos por superados gracias a que la ciencia habría tomado las riendas, enfrentándose a la tarea de divulgar sin necesidad de intermediarios, es decir, mediante una comunicación directa investigador/a – sociedad, en la que el autor no parece conceder ningún papel decisivo a lo que él mismo define como “intelectuales de letras”.    

En definitiva, a pesar de la distancia temporal que separa ambas concepciones, me atrevería a concluir que las interpretaciones de la tercera cultura propuestas por Snow y Brockman asientan en cosmovisiones claramente divergentesm que se reflejan hasta en el propio estilo comunicativo. El primero, con retórica más académica, reclama una conciliación entre campos que considera distantes como forma de optimizar el conocimiento al servicio de la humanidad; el segundo, con estilo más mercadotécnico, parece optar por la supremacía de un campo por considerarlo más capaz de dar respuesta a las grandes preguntas, o en sus propias palabras “a las ideas importantes”.

 


[1] Snow, C.P. (1959,1964) The two cultures & A second Look. Cambridge: Cambridge University Press [(1977) Las dos culturas y un segundo enfoque. Madrid: Alianza, trad.: S. Masó]

[2] Brockman, J. (1995) The third culture. Beyond the Scientific Revolution. New York: Simon & Schuster [(1996) La tercera cultura. Más allá de la revolución científica. Barcelona: Tusquets, trad.: A. García]

[3] Umérez, Jon (2019) El reto de la tercera cultura de Snow: nuevo ámbito de investigación para la filosofía. In Antonio Casado Rocha (ed.) Cultura dual. Identidades en interacción universidad-sociedad, 99-115. Madrid: Plaza y Valdés editores

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