LLAMANDO A LA TIERRA [Tarea 10. Periodismo científico]
“PARA LOS HUMANOS ES MUY DURO ASUMIR QUE NO SOMOS EL CENTRO DEL MUNDO”
Hablamos con Li Ching, el único astronauta que da nombre a una dimensión del Universo
Todo el mundo le conoce. Se convirtió en la primera persona en viajar a otra dimensión (hoy conocida como la Dimensión Ching) y, cuando todo se daba por perdido tras 15 años sin saber nada de su paradero, Li Ching consiguió enviar una señal que agitó al mundo entero en el invierno de 2036.
Hoy, Li cuenta ya con 82 años y desde su regreso hace 25, vive un tranquilo retiro a las afueras de Ningbo, en la provincia china de Zhejiang.
Sin embargo, Li Ching no abandonó su pasión por la astronomía y su compromiso con la divulgación. Prueba de ello es su esperada visita a A Coruña con motivo de la inauguración este martes del nuevo Observatorio astronómico de la Casa das ciencias.
A pesar de su apretada agenda, Diário EntreLinhas, tuvo ocasión de charlar con el y rememorar algunos de los episodios más fascinantes de la vida de Li.
Miles de personas en todo el mundo escucharon fascinadas su experiencia en otra dimensión, pero muchas otras le acusaron duramente de mentir, de loco o incluso de atentar contra Dios, ¿qué les diría a esas personas ahora que la especie humana demostró que el Universo es multidimensional?
Cuando me encontraba en la Estación Espacial Intergaláctica y, llegué a la conclusión de que, de algún modo, había viajado a otra dimensión, me pregunté muchas veces cómo explicaría lo visto si algún día conseguía volver a casa. No es fácil creer a un señor que dice haber estado en un mundo en el que Venus no existe o en el que la fértil Tierra carece de vida. Muchas personas criticamos la fe religiosa, el culto a dioses y profetas y creerme a mí en aquel momento no era muy diferente (risas).
Reuní muchas pruebas, registré miles de datos y fotografías para poder explicar lo que ni siquiera yo podía creer, pero no siempre es fácil asumir una realidad tan compleja y no culpo a quien no me creyó. Hoy, gracias a la investigación de todos estos años, se comprobó que simplemente el Universo no es como pensábamos y que existen otras realidades en las que, posiblemente, nuestra especie ni siquiera exista. Es muy duro para los humanos asumir que no somos el centro del mundo, sólo tenemos que repasar nuestra historia (ríe de nuevo).
Gracias a sus trabajos durante los 15 años atrapado en otra dimensión, hoy somos capaces de emitir señales interdimensionales y la CNSA proyecta la creación de una Estación Espacial en la dimensión que lleva su nombre, ¿le gustaría regresar algún día?
Todo científico querría completar su misión y de algún modo yo tengo la sensación de no haberlo hecho. Saberse el primero en estar en un mundo totalmente nuevo crea una sensación de miedo y emoción que embriaga.
Recuerdo pasar los primeros días jugando al póker en el ordenador, esperando a despertarme de un mal sueño. Pero después de varias semanas me dije: bien, es obvio que vas a estar aquí un tiempo, así que ¡manos a la obra! Y entonces me puse a investigar ese nuevo mundo y comprendí que era un privilegio ser el primero en estudiarlo.
Sin embargo, los científicos también debemos ser realistas y asumir nuestras limitaciones. Con 82 años una vuelta al parque ya parece un viaje interdimensional (bromea).
Has inspirado a miles de niños y niñas a iniciar su carrera astronómica y nunca en la historia humana había habido tantos astronautas. Hoy te escucharon más de 600 jóvenes gallegos ¿qué le dirías a alguno de ellos si un día pasan por tu misma experiencia?
A ellos y a ellas les diría que, aunque espero que nunca se tengan que ver solos llamando a una Tierra que no da contestación, no deben perder la esperanza. La ciencia no es infalible, pero es nuestra mejor arma para salir de los problemas. Que practiquen el método científico, que observen, que cuestionen, que traten de resolver.
Sin embargo, no es tan importante lo que se le diga a los niños y niñas, que también, sino lo que llevan a la práctica las políticas estatales. La humanidad está viviendo una nueva revolución científica; países del todo el mundo se implican en programas espaciales y promocionan las carreras aeroespaciales y astronómicas. Eso está muy bien y lo celebro pero descubrir nuevos mundo no debe implicar descuidar el nuestro y en la Tierra también necesitamos profesionales y recursos para la ciencia.
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